Hay dos formas de clasificar los tipos de coaching: su método o filosofía y su objetivo.
Existe coaching ontológico, sistémico, cuántico, realista, etc. Esta tipificación se refiere a cómo se hace el coaching y una gran cantidad de métodos no son auténticamente coaching, sino pseudo terapias, planteamientos filosóficos o técnicas para el desarrollo de habilidades como comunicación y liderazgo.
También se puede tipificar el coaching por su objetivo: coaching ejecutivo, personal, deportivo, etc. En este caso, añadir un objetivo al coaching, lo priva de su esencia no directiva y deja de ser coaching. Sin embargo, es casi una necesidad, para el coach que quiere desarrollar un proyecto de coaching y conseguir clientes.
El coaching puro es un método de conversación que permite al cliente reobservar su forma de percibir la realidad para encontrar un punto de vista y desarrollar su mejor versión, sin que el coach utilice herramientas directivas como PNL o inteligencia emocional. Añadirle a esto un objetivo tiene, sobre todo, un fin comercial (y perfectamente legítimo) para conseguir que el cliente se sienta identificado con lo que el coach aporta.
La primera referencia documentada de la práctica de “coaching” es el coaching empresarial original de John Whitmore y que describió en su libro “Coaching: el método para mejorar el rendimiento de las personas”. Hoy en día, encontramos muchas prácticas profesionales muy diferentes y que se autodenominan coaching. En mi opinión, coaching solo hay uno, aunque pueda tener diferentes formas o estilos de aplicarse, lo que está sucediendo ahora es más bien una distorsión comercial del concepto. Es decir, no es que haya diferentes tipos de coaching, es que se han inventado diferentes métodos de intervenir en el desarrollo de las personas y se les ha llamado coaching, más por temas comerciales que realmente por su esencia y fundamentos. Estos métodos, agrupados bajo la denominación de coaching, han surgido como respuestas a las diversas necesidades y contextos en los que las personas buscan crecimiento y transformación personal. Sin embargo, es importante reconocer que no todos los enfoques etiquetados como "coaching" cumplen con los principios y fundamentos reales de esta disciplina.
El auténtico coaching se basa en un profundo respeto por la autonomía y el potencial inherente de cada individuo. Busca facilitar el proceso de autodescubrimiento, la ampliación de la conciencia y la toma de decisiones conscientes, sin imponer soluciones o juicios de valor. A través de una relación de confianza y colaboración, el coach ayuda al cliente a comprender su propio punto de vista y, sin estar de acuerdo ni en contra de él, sin valorarlo ni juzgarlo, lo ayuda a encontrar recursos y puntos de más útiles, siempre con una esencia no directiva. Es decir, sin que el coach aporte su conocimiento, sólo su capacidad de indagación para que el conocimiento del cliente aflore.
Se han creado numerosos métodos y enfoques que, si bien se presentan como "coaching", pueden alejarse de los principios esenciales de la disciplina. Estos enfoques pueden ser más directivos, enfocados en la solución de problemas específicos o incluso promover una mentalidad de dependencia del coach en lugar de acompañar al cliente. Es importante tener en cuenta que estos enfoques pueden diferir significativamente del auténtico coaching y, en ocasiones, pueden diluir la esencia misma de esta práctica.
Podemos encontrar referencias al coaching de vida, coaching ontológico, coaching ejecutivo, coaching de negocios, coaching de salud y bienestar, y coaching deportivo, cada tipo de coaching tiene sus características únicas y beneficios específicos. Pero también encontrarás coaches para odontólogos, coaching sexual, coaching para ligar… parece que a cualquier cosa se le puede poner el prefijo “coaching”.
Coaching empresarial de J. Whitmore: El punto de partida
El coaching empresarial, como lo concibió J. Whitmore, marcó el inicio de la revolución del coaching. Este enfoque se originó en el entorno empresarial en la década de 1980, con el objetivo de mejorar el rendimiento y los resultados de los ejecutivos y equipos dentro de las organizaciones. Whitmore creía en el potencial humano y en la capacidad de un coach para desbloquear ese potencial a través de la exploración, el cuestionamiento y el apoyo. Este tipo de coaching se enfoca en el desarrollo de habilidades de liderazgo, la resolución de problemas y el logro de metas específicas en el ámbito empresarial gracias a la intervención de un gerente que ayuda a su empleado a encontrar su propia forma de resolver las situaciones.
Este método lo vemos ahora más un estilo de liderazgo que como un auténtico método de coaching.
Coaching ontológico
Se basa en la premisa de que el lenguaje no solo es un medio para transmitir información, sino que también tiene un impacto en la forma en que construimos nuestra realidad y nos relacionamos con los demás. El coaching ontológico se centra en explorar y transformar los patrones de lenguaje y las interpretaciones que utilizamos para dar sentido a nuestras experiencias.
Según este sistema, el lenguaje no solo describe nuestra realidad, sino que también la crea y la moldea. A través del uso consciente y reflexivo del lenguaje, el coach ontológico ayuda al cliente a tomar conciencia de cómo sus palabras y conversaciones influyen en su forma de ser, de pensar y de actuar. Se exploran los juicios, las interpretaciones y las creencias limitantes que pueden estar afectando negativamente la vida del cliente. En algunas escuelas animan a encontrar el origen de las creencias en el pasado o buscar conversaciones pendientes. Otras técnicas son el parafraseo, para lo que el coach debe interpretar la esencia del mensaje del cliente, y eso requiere de su propia interpretación. Cuando estudié coaching ontológico, también me enseñaron a usar técnicas de PNL, visualización e incluso propias de terapias de cierta relevancia como la silla vacía. Y, por último, suelen insistir en que el cliente elabore un plan de acción y lo animan activamente a cumplirlo.
Este sistema rompe con la esencia no directiva del coaching porque es el coach quien decide qué creencias debe cambiar el cliente y utiliza conceptos como las distinciones para transferir conocimiento al cliente.
Rafael Echeverría, es el principal exponente de la filosofía de la Ontología del Lenguaje, de la cual se desprende la práctica del Coaching Ontológico, y sus libros constituyen la base bibliografía de las Escuelas de Coaching Ontológico. Sin embargo, esa bibliografía plantea un enfoque filosófico del concepto de ontología del lenguaje y no una metodología de coaching. Como coach ontológico que fui en su día, opino que hacer coaching a partir de la ontología del lenguaje resulta muy complicado porque carece de un método real y sólo plantea cuestiones para la reflexión sobre el ser humano.
Coaching cuántico
En el coaching cuántico, considera que nuestros pensamientos, emociones y creencias son energía, y que esta energía tiene la capacidad de influir en nuestra realidad y en cómo experimentamos el mundo. Se cree que somos co-creadores de nuestra propia realidad, y que al cambiar nuestra energía interna, podemos influir en los resultados que obtenemos en nuestra vida.
Hace años tuve oportunidad de hablar con un coach cuántico y le pregunté con auténtica curiosidad qué era eso. A partir de su respuesta y buscando algo de información, mi conclusión es que, en la práctica, es coaching, sin más, tal vez un tanto ontológico. De hecho en alguna definiciones de coaching ontológico también se hace referencia a la mecánica cuántica. La cuestión es que que han encontrado una forma de comenzar a hablar de relatividad y mecánica cuántica para llegar al concepto de cambio de observador. Al final, termina en algo nada novedoso: eliminar creencias limitantes, alinear actos, cuerpo y emociones, hacer visualizaciones, cambio de observador, etc. Pero, es coaching cuántico.
Estos tres que he citado hacen referencia a la filosofía que los sostiene. Pero también hay tipos de coaching en base a los resultados que intentan lograr o el contexto en el que se aplican:
Coaching de vida
El coaching de vida se centra en ayudarte a alcanzar tus metas personales, mejorar tus relaciones, encontrar propósito y equilibrio en tu vida. Este enfoque se basa en una relación de confianza y apoyo mutuo entre el coach y el cliente. El coach de vida te guiará a través de un proceso de reflexión y autoexploración, ayudándote a identificar tus fortalezas, superar obstáculos y definir un plan de acción para alcanzar tus objetivos personales. El coaching de vida te empodera para que tomes decisiones conscientes y trabajes en el desarrollo de tu bienestar y felicidad. Como el resto de los estilos de coaching, se puede aplicar de forma más o menos directiva y usando técnicas más puras o incluso terapéuticas. Como sucede con el coaching en general, el coaching de vida tiene un nombre, pero adopta muchas formas. Basándonos sólo en su nombre, el coaching de vida debería ser lo más parecido al coaching original, pero adolece del mismo problema: hay muchas prácticas profesionales que se autodenominan “coaching de vida” y son muy diferentes entre ellas.
Coaching ejecutivo
El coaching ejecutivo está diseñado para líderes y ejecutivos que desean mejorar su desempeño y desarrollar habilidades de liderazgo efectivas. Este tipo de coaching se enfoca en aspectos como la toma de decisiones, la comunicación, la gestión del tiempo, la resolución de conflictos y la motivación de equipos. Un coach ejecutivo capacitado ayudará a identificar fortalezas y áreas de mejora, y brindará herramientas y estrategias prácticas para maximizar el impacto como líder y lograr resultados significativos en un entorno profesional. Como te puedes imaginar, es más bien un sistema de mentoría que aporta recursos específicos de liderazgo y comunicación, más que un sistema de coaching que favorezca el autodescubrimiento.
Coaching de negocios o emprendimiento
El coaching de negocios es ideal para emprendedores, dueños de negocios y profesionales que desean impulsar su crecimiento y éxito empresarial. Este enfoque se centra en el desarrollo de habilidades empresariales, como la planificación estratégica, la gestión financiera, el marketing y la toma de decisiones empresariales. Un coach de negocios experimentado te ayudará a definir tus objetivos empresariales, identificar oportunidades de crecimiento, superar desafíos y crear estrategias efectivas para alcanzar el éxito en tu industria. A través del coaching de negocios, podrás desarrollar las habilidades y el conocimiento necesarios para liderar y gestionar tu empresa de manera eficiente y exitosa. De nuevo, estamos hablando de que el supuesto coach adopta una posición de experto para poder aportar todo este valor, así que tiene poco de coaching y mucho de ayuda al emprendimiento empresarial.
Coaching de salud y bienestar
El coaching de salud y bienestar se enfoca en apoyar a las personas en la mejora de su salud física y mental, establecimiento de hábitos saludables y gestión del estrés. Un coach de salud y bienestar te ayudará a establecer metas realistas, crear un plan de acción personalizado y brindarte apoyo en el proceso de cambio. Este tipo de coaching se centra en áreas como la nutrición, el ejercicio, la gestión del tiempo, la autorreflexión y la reducción del estrés. A través del coaching de salud y bienestar, podrás desarrollar un estilo de vida equilibrado y saludable que te permita alcanzar tu máximo bienestar. De nuevo insisto en la faceta directiva de esta especialización y que explicaré más adelante.
Coaching deportivo
El coaching deportivo está dirigido a atletas y equipos que desean alcanzar su máximo potencial, mejorar su rendimiento y superar obstáculos mentales que puedan limitar su éxito. Un coach deportivo te ayudará a establecer metas claras, desarrollar una mentalidad ganadora, mejorar tu técnica y gestionar la presión y el estrés competitivo. A través del coaching deportivo, podrás optimizar tu rendimiento físico y mental, superar bloqueos y desafiar tus límites, llevando tu juego al siguiente nivel. Todo esto no se puede hacer si el coach no tiene conocimientos en la materia y se produce una transferencia de conocimientos que debería estar ausente del coaching.
Y podría seguir, porque hay decenas de supuestos de tipos de coaching más que no he nombrado, porque cada uno inventa el que quiere.
Realmente nada de esto es auténticamente coaching. En el momento en el que describas la actividad como “coaching de…” o “coaching para …” es casi seguro que estás añadiendo elementos como experto en algo. El coaching puro, es aquel que no tiene una intención concreta más allá de lo que el cliente decida lograr por sí mismo, en cualquier faceta de su vida y quiera hacerlo por sus propios medios. Eso es el coaching no directivo.
Sobre los coaching "para"
Si existe el coaching para “algo” y ese “algo” es un tipo de logro (salud, relaciones, empresarial, etc.) ya estamos, cuando menos, limitando la esencia no directiva y, casi seguro, estaremos añadiendo contenido extra a la práctica de coaching.
Sin embargo, la existencia de estos tipos de coaching para “algo” es necesaria por cuestiones prácticas, porque las personas (clientes) buscan soluciones o alcanzar metas y, en contexto actual de conocimiento sobre el coaching, los coaches necesitan añadir un “para algo” con el fin de que sus posibles clientes se sientan identificados.
También creo que es necesario ponerle un apellido al coaching para que la oferta de servicio del coach sea más completa. El coaching puro resuelve situaciones puntuales y desbloquea al cliente, pero no lo ayuda a lograr metas para las que necesite adquirir conocimientos. Por eso tiene sentido hacer coaching con apellido, completándolo con conocimientos expertos y convirtiendo la oferta de servicio en algo viable.
Coaching realista
El coaching realista se presenta como una evolución del coaching de John Whitmore, que busca una aproximación más humanista y menos directiva. Este enfoque reconoce la importancia de la relación de confianza y respeto entre el coach y el cliente, creando un espacio seguro para la exploración y el conocimiento personal. El coaching realista se caracteriza por su metodología clara y estructurada, que proporciona al coach las herramientas y técnicas sofisticadas necesarias para acompañar al cliente durante la consecución de sus metas.
A diferencia de enfoques más directivos, el coaching realista se basa en la creencia de que el cliente es el experto en su propia vida y que posee la capacidad de reinterpretar la realidad, no de inventarla ni cambiarla, sólo de reobserbarla y obtener nuevas conclusiones. El coach actúa como un facilitador y guía, brindando estructura y curiosidad, pero no conocimiento ni directividad. El coaching realista busca promover la autorreflexión, la autocuestionamiento, la mentalidad crítica y creativa, la claridad de objetivos, y la capacidad de influencia de la persona en su entorno, permitiendo tomar decisiones conscientes, fundamentadas y alineadas con sus valores.
Podrías considerarlo como un modelo de coaching puro que, una vez dominado, se puede aplicar en sesiones de coaching o para potenciar cualquier otra faceta personal o profesional.
Puedes usar el coaching realista como la base para el resto de modelos de coaching que hemos visto antes: vida, deportivo, empresarial, etc...
Excelente articulo. Gracias por la información. Muchas bendiciones.